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Elecciones en el BID: jaque al candidato de Trump

Se suman votos a favor de la postergación.

Publicado: 2020-08-31


La prepotencia del presidente Donald Trump en imponer a un compatriota suyo en la presidencia del BID y romper un acuerdo de caballeros que señala, desde su existencia, que ésta le corresponde a un latinoamericano o caribeño ha generado tensiones en el tablero político de la región, dividida hoy entre los Gobiernos que apoyan al candidato propuesto por él, los que plantean postergar la votación para marzo de 2021 ―después de los comicios presidenciales del 3 de noviembre en Estados Unidos― y los que evalúan o ya definieron su posición, sin pronunciarse aún. Entre estos últimos figuran Perú y Uruguay. Perú debería pronunciarse el 31 de agosto, de acuerdo a lo informado por el Canciller a la Comisión de Relaciones Externas del Congreso, mientras que Uruguay ya habría decidido apoyar la postergación, al igual que varios países europeos.

El rechazo al candidato propuesto por Trump, Mauricio Claver-Carone, trasciende su nacionalidad. El BID es la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y el Caribe y si bien las políticas de préstamos nunca han estado alejadas de Washington, la dirección bajo un candidato de consenso, que evidentemente no es su caso, resulta fundamental para definir las políticas de financiamiento post pandemia en la región. De postergarse la elección, las candidaturas presentadas por países latinoamericanos, deberán barajarse nuevamente para lograr el consenso.

El candidato de Trump reúne los requisitos

Para frenar la propuesta de postergación apoyada por Argentina, Chile, Costa Rica y México, el presidente Trump encargó al Gobierno de Colombia gestionar el apoyo regional a su candidato Mauricio Claver-Carone. El presidente Iván Duque se encarga de los llamados telefónicos a sus colegas y la Cancillería colombiana de ofrecer la plataforma para reunir los votos.

El 18 de agosto el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país publicó un comunicado de respaldo a la candidatura de Claver-Carone, el cual ha sido suscrito por los cancilleres de 17 países (Bahamas, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Surinam y Venezuela, este último representado por Juan Guaidó), en el que instan a todos los países miembros a cumplir ―en las formas y en el tiempo indicado― las resoluciones aprobadas por los directores y gobernadores del Banco. Cabe señalar que, el día anterior, el gobierno colombiano recibió la visita del consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O´Brien, y del propio Mauricio Claver-Carone para anunciar un préstamo de la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (DFC) hasta por cinco mil millones de dólares en el marco de la “Iniciativa de crecimiento Estados Unidos-Colombia”.

El comunicado suscrito por los 17 países dice también que será de suma importancia preservar la integridad de dicho proceso y las decisiones tomadas por estos últimos para proteger los intereses de la región y “la soberanía hemisférica de nuestro Banco Interamericano”. Curiosa esta última expresión. Protegerla, ¿de quién? ¿Debemos suponer que de los 16 países europeos socios?, ¿de los cuatro asiáticos (Corea del Sur, Japón, Israel y China)? Estados Unidos tiene el 30% de las acciones del Banco y esto le da poder de veto. Los europeos juntos suman el 10,8% del poder de sufragio y los otros cuatro el 5,15%. No obstante, todos ellos pueden inclinar el fiel de la balanza en una situación como la actual, en la que la región está dividida.

Con el apoyo oficial obtenido mediante el comunicado, el candidato de Trump cumple con los requisitos para ser elegido: cuenta con el apoyo de la mayoría de los gobiernos del continente (17 de 28) y con más del 50% del poder de sufragio. Solo Estados Unidos, Brasil, Colombia y la Venezuela de Guaidó suman el 48% de los votos.

Sin embargo, la historia no termina aquí. Claver-Carone debe ser elegido formalmente en la Asamblea Extraordinaria virtual que tendrá lugar los días 12 y 13 de septiembre, para lo que se requiere el quorum reglamentario, es decir que los presentes tengan, en conjunto, al menos el 75% del poder de sufragio. El comunicado no ha sido suscrito por Canadá, Belice, Nicaragua, Barbados, Trinidad y Tobago, Uruguay ni Perú. Obviamente tampoco por los cuatro países que han propuesto formalmente postergar la elección hasta la Asamblea Anual del BID prevista entre el 17 y el 21 de marzo en Barranquilla, Colombia. Por eso es tan importante que los siete países que no han oficializado aún su posición se sumen a la propuesta de postergación e impidan el quorum. No existe otra posibilidad legal.

Bloquear la elección

Como Argentina, Chile, Costa Rica y México tienen juntos el 22,2% del poder de voto, falta apenas el 2,9%. En el ámbito regional, el poder de voto de Perú (1,52%), Uruguay (1,21%) y Nicaragua (0,45%) sería suficiente para lograr el objetivo.

El gobierno peruano le está dando vueltas a su postura. El 20 de agosto, el canciller Mario López Chávarri informó a la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso que el Ejecutivo evaluará su posición hasta el 31 de agosto y que se antepondrán los intereses del país. Asimismo, sin decirlo explícitamente, dio a entender que no sería de buen gusto bloquear la elección de septiembre cuando el candidato ya cuenta con los requisitos para ser presidente de la institución. En cualquier caso, la última palabra la tienen el presidente Martín Vizcarra y la ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva. Los gobernadores del BID son generalmente ministros de Economía, Hacienda o presidentes de los bancos centrales.

El gobierno uruguayo respaldará la postergación y por eso no ha firmado el comunicado de respaldo. Según señala el periodista argentino Horacio Verbitsky en Alta Gama, publicada en El cohete a la luna la semana pasada, el presidente Alberto Fernández consiguió el apoyo del presidente Luis Lacalle Pou a la iniciativa de postergar la elección en una reunión en la que el uruguayo intercedió ante el argentino por el dragado del río Uruguay que ambas naciones comparten. La gota que rebasó el vaso del presidente Luis Lacalle Pou habría sido la presión ejercida a su canciller, Francisco Bustillo, por el jefe de campaña de Claver-Carone, el empresario argentino Gustavo Cinosi, quien es a su vez operador político de Luis Almagro en la OEA. El actual canciller uruguayo, fue embajador en Argentina cuando Alberto Fernández era jefe de gabinete de Néstor Kirchner.

El apoyo inicial del presidente uruguayo a la candidatura de Claver-Carone generó un fuerte rechazo del Frente Amplio. “En mérito a la tradición republicana de nuestro país”, el Frente propuso generar un debate multipartidario para considerar el tema y convocar al excanciller y expresidente del BID, Enrique Iglesias, para que aportase su visión y experiencia en la materia “a fin de definir un posicionamiento que esté a la altura del papel que ha jugado Uruguay en la región históricamente”. Además, manifestaron su disconformidad con la salida del anterior canciller, Ernesto Talvi, por opinar contrariamente a la designación del candidato norteamericano. A esto se sumó la falta de una posición común en la coalición de gobierno. El Partido Colorado había adelantado definiciones claras, contrarias a votar por un candidato del norte. En este escenario, no es una sorpresa el cambio de posición del presidente Lacalle, que contribuye a distender la fuerte oposición interna.

Por otro lado, durante la tercera semana de agosto, la mayoría de los países europeos socios del BID habrían manifestado su respaldo a la declaración del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, sobre la necesidad de postergar las elecciones. Así se lo ha comunicado el presidente de España, Pedro Sánchez, a su par argentino.

Rechazo creciente

La comunidad política, diplomática y académica de la región y de Europa rechaza la postulación de un candidato estadounidense a la presidencia del BID y respalda la postergación de las elecciones. El 26 de agosto, seis expresidentes (Fernando Henrique Cardoso, Felipe González, Ricardo Lagos, Julio María Sanguinetti, Juan Manuel Santos y Ernesto Zedillo) suscribieron un pronunciamiento en el que afirman que la elección convocada para los días 12 y 13 de septiembre, de ocurrir, “carecería de legitimidad y más pronto que tarde debiera considerarse nula”. Asimismo, señalan que “Estados Unidos, sin consulta ni debate en los organismos pertinentes del BID, lanzó su candidatura pasando por encima de acuerdos y normas bajo las cuales todas las partes del BID entendieron su creación y funcionamiento a través de los años”. Exhortan a los gobiernos de los países miembros del BID “a darse cuenta [de] que la institución no puede tener un presidente surgido de un acto carente de legitimidad histórica y política”.

La propuesta de aplazar la elección ha recibido también el apoyo de veintidós exjefes de Gobierno y Estado de países miembros de la World Leadership Alliance-Club de Madrid (WLA-CdM9), socios también del Banco, por considerar que "las condiciones distan de ser favorables para el debate reflexivo y profundo que esta decisión requiere". En la comunicación suscrita el 18 de agosto, el mismo día de la publicación del comunicado de respaldo a Claver-Carone, los firmantes señalaron que América Latina y el Caribe ha sido una de las regiones más duramente golpeadas por la pandemia, pues con solo el 8% de la población mundial, presenta el 25% de los contagios y el 28% de las muertes por covid-19 en el mundo. Por ello resaltan el rol que tendrá el BID en la recuperación de la región, toda vez que canaliza alrededor de doce mil millones de dólares anuales al financiamiento de su infraestructura y desarrollo, cifra mayor que la aportada por cualquier otro banco multilateral de desarrollo, incluido el Banco Mundial. Para realizar una “discusión profunda sobre su rol y liderazgo, así como una respuesta institucional apropiada a la recuperación de la crisis pandémica" proponen "posponer la elección hasta marzo de 2021 y que, de forma similar a lo ocurrido con la Organización Mundial de Comercio, se designe a un presidente interino".

Las objeciones a la candidatura de Claver-Carone trascienden su nacionalidad. Su trayectoria política imprime una visión extremamente ideologizada a las relaciones diplomáticas interamericanas que muchos países no comparten. Nombrado en septiembre de 2018, Claver-Carone trabajó bajo la dirección de John Bolton, quien fue despedido por Trump en septiembre de 2019. Al senador de Florida, Marco Rubio, se le atribuye haber movido los hilos del poder para instalarlo en el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca. Si bien ha tenido algunos protagonismos como impulsar la desactivación de la Unasur para crear el engendro de Prosur, como asesor de Seguridad Nacional para América Latina y el Caribe en la Casa Blanca se ha concentrado en desactivar la política de Barack Obama hacia Cuba y en restablecer sanciones, agudizar bloqueos y embargos, y aplicar las mismas tácticas para enfrentar al gobierno de Maduro, las cuales no han producido los cambios políticos esperados.

Es importante señalar que Claver-Carone había sido propuesto en dos ocasiones para ocupar la vicepresidencia del banco desde 2018, pero el actual presidente del BID, el colombiano Luis Moreno, respaldó a Brian O’Neill, exsubsecretario adjunto del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Luego de su fallecimiento en diciembre de 2019, Claver-Carone fue nuevamente propuesto para asumir la vice presidencia pero Moreno se inclinó por encargársela, en enero de 2020, al estadounidense John Scott como vicepresidente interino, ya que faltaban dos meses para que concluyera su mandato.

La portavoz de la campaña del candidato presidencial Joe Biden, Kevin Muñoz, ha señalado que el nominado de Trump es como la mayoría de sus personas designadas: demasiado ideológico y subcalificado para dirigir la institución en un momento en el que se requiere ampliar su capital. En igual sentido se han pronunciado ex altos funcionarios demócratas y republicanos. Los países europeos socios del Banco y el Partido Demócrata no ven con simpatía al candidato de un Gobierno que niega el cambio climático y abandona el Acuerdo de París. Muchos consideran que elegirlo para un mandato de cinco años, solo unas semanas antes de las elecciones presidenciales, "no sería un buen augurio para el apoyo de Estados Unidos al Banco en los próximos años".

Los medios académicos norteamericanos consideran que la presidencia del estadounidense de origen cubano es inconveniente para la región. Según Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano con sede en Washington, “esta decisión refleja las dos opciones de este Gobierno frente a las instituciones multilaterales: control total o retirada. Trump no está dispuesto a ceder nada, lo cual es la esencia del multilateralismo, que ha sido exitoso con el avance de los intereses de Estados Unidos por décadas”. Para Erick Langer, de la Universidad de Georgetown, Washington, la decisión de Trump constituye “una maniobra dentro de Estados Unidos en términos electorales: Trump está pensando exclusivamente en su reelección y para mejorar sus posibilidades ha elegido a Claver-Carone para ganar apoyo en un grupo que tiene mucha influencia en la política exterior del país”, en referencia a los cubano-estadounidenses y a la comunidad venezolana.

En el marco de un proceso electoral de características inéditas, en el que Donald Trump asegura que, de perder las elecciones del 3 de noviembre, será únicamente por la existencia de un fraude electoral, la región enfrenta un partido en el que podría anotar un gol a favor de su soberanía o marcar uno en contra, que consagre la obediencia debida al atribulado poder del norte. La elección del presidente del BID tiene una importancia significativa para la región en términos prácticos y simbólicos. Es cierto que la presión por que se vote como Trump ha ordenado y las amenazas por no hacerlo son muy fuertes. Claver-Carone ha advertido a los gobiernos de la región que cualquier intento de impedir la elección será enfrentado “muy profundamente” por Estados Unidos, mientras que para los que apoyen hay promesas de préstamos de la DFC y nuevas inversiones. A la fecha, a pesar de los premios, el candidato de Trump está jaqueado


Escrito por

Ariela Ruiz Caro

Economista. Consultora internacional en temas de comercio, integración y recursos naturales @arielaruizcaro


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